Xul Solar
Argentina, 1887–1963
Argentina tiene su propio artista multifacético: Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari nació el 14 de diciembre de 1887 en San Fernando, localidad de Argentina, Buenos Aires. Nacido en una familia de origen europeo (madre italiana y padre ruso) con conocimientos en la música, siempre estuvo en contacto con el arte siendo desde muy joven intérprete de violín. Tránsito dos años en la carrera de arquitectura que luego abandonó ya que sus grandes amores eran la música y las artes plásticas.
A los veinticinco hizo su primer viaje a Europa, uno que duró doce años y renovó su visión artística convirtiéndolo en uno de los artistas vanguardistas más importantes de Latinoamérica. Encontrándose con figuras y grupos como la agrupación expresionista Der Blaue Reiter con quien tránsito sus primeros pasos en la pintura utilizando el óleo y témpera influenciado por el Cubismo, Futurismo y Surrealismo; Aleister Crowley, el ocultista más reconocido del siglo XX; Picasso y Modigliani de quienes se inspiró para empezar su camino por el simbolismo, Emilio Pettoruti, entre otros. Estos doce años de viaje moldearon su estilo artístico e intereses personales, poco a poco sus obras comenzaron a llenarse de signos y símbolos, creando un lenguaje verbal y visual particular que coincidía con su búsqueda espiritual. A su vez, le hizo conseguir el nombre por el cual hoy es reconocido, Xul Solar.
En el año 1920 realizó su primera muestra en Milán, Pettoruti realizo el texto del catálogo afirmando:
«Hay un extraño misterio en éstas [obras], sus fantásticas visiones, en las que la imaginación, sin ningún control de la realidad… Parece que mirara en espacios privilegiados y descubriera todo un mundo de fantasmas y de sugestiones ignotas».
Xul Solar tuvo una gran carrera en letras, como crítico y traductor, gracias a hablar cinco idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, ruso y guaraní, además de entender perfectamente el latín, el griego, el chino y el sánscrito; trabajo en el periódico quincenal argentino Martin Fierro, la revista Proa, y publicó algunos artículos en la revista Él. Tenía gran interés y conocimiento en religiones, teosofía, antroposofía, astrología y numerología; todas disciplinas visibles en su arte.
A los 75 años, en su casa en Tigre, murió acompañado de su mujer y dejando un gran legado para los jóvenes artistas carentes de escepticismo.