Drago
Viajando por una latinoamérica unida.
Como tantos otros artistas latinoamericanos vanguardistas, Xul Solar soñaba con una Latinoamérica orgullosa de sus raíces y ser. En diversos textos expresa su necesidad de un mundo alterno donde esto fuera posible y el imperialismo europeo y norteamericano no presionara. Si no hay país para mi, sin angustia para mí, todo yo, dentro de mis pensamientos, me haré un mundo.
A través de la obra Drago, representa aquello que tanto anhelaba: un dragón lleva las banderas latinoamericanas con orgullo a cargo de una figura que dirige el viaje hacia aquella realidad soñada.
La obra nació como respuesta a una nota que realizó Guillermo de Torre en la que proponía recuperar y fortalecer los lazos de América de habla hispana con España. Muchos artistas e intelectuales, entre ellos Xul Solar, consideraron esta propuesta colonialista y respondieron en contra mediante diversos medios.
El dragón es una gran figura en diversas culturas, en China es la representación del poder, del dador de vida; en India supone el principio de todo, es Agni. Un dragón portador de banderas parece estar elevando a Latinoamérica hacia la gloria, porta la luz de las culturas contra los responsables que provocaron que fueran relegadas y martilladas a través de las colonias y genocidios.
La figuración geométrica es característica de su estilo al igual que los colores brillantes y las representaciones simbólicas. Solar siempre juega con lo onírico desmedidamente, aunque con conciencia. Para el artista, unir integrando y no por unanimidad era muy importante, es por eso que en la obra reunió distintivos religiosos de diversos pueblos.
Drago deja un mensaje muy claro: Latinoamérica no necesita ser reclamada por nadie, tiene su propia luz y grandeza. Es más que un nombre, más que sus muertes y que los hurtos de los que fue víctima. Es un territorio independiente que se eleva y vale por sí mismo.