Anochecer en la Calle Karl Johan
La urbe moderna provoca el desasosiego en Munch.
Si las calles impresionistas eran todo bullicio y color, esta oscura calle noruega transmite todo lo contrario: Munch muestra la otra cara de la urbe moderna y lo hace provocando un insoportable desasosiego.
Los rostros cadavéricos miran directamente al espectador silenciosos y muy amenazantes, y sus caras iluminan la escena como luciérnagas en la noche. Es la escena de una película de terror.
Y este terror sería muy apreciado por los expresionistas alemanes, que a principios del siglo XX adaptaron las atmósferas de Munch a su pintura y a otras muchas artes (el cine expresionista tomaría mucho de Munch para sus películas, germen del posterior género de terror…)
Pese a su éxito con los jóvenes artistas, Munch acabaría siendo censurado años después por el régimen nazi por producir “arte degenerado”. El gobierno de Hitler confiscaría 82 de sus cuadros y el artista cayó en desgracia. El 23 de enero de 1944, todavía sin haber concluido la Segunda Guerra Mundial, Edvard Munch murió completamente solo, triste y olvidado.
Munch es el ejemplo clásico de artista atormentado: además de estos problemas políticos sufrió de depresión crónica, alcoholismo y problemas pulmonares… Aunque probablemente su arte se vio beneficiado por todo ello, a juzgar por sus sórdidas temáticas.