Expresionismo
1905–1933
La forma en que uno ve depende también de un estado emocional de la mente. Esta es la razón por la que un motivo puede ser visto de muchas maneras, y esto es lo que hace que el arte sea tan interesante.
El expresionismo fue un movimiento de vanguardia surgido en Alemania a principios del siglo XX, coincidiendo con el fauvismo francés, con el que tiene no pocos puntos en común (rechazo de la mímesis, colores violentos…)
Sin embargo difiere de este movimiento por tener un matiz más pesimista, más feo, por así decirlo, ya que los expresionistas alemanes no escatimaron en mostrar lo morboso, lo prohibido, lo obsceno…
El expresionismo viene a ser una deformación de la realidad para expresarla de forma más subjetiva (aunque en definitiva, esa puede ser una definición válida del arte: una deformación de la realidad…). Se quieren mostrar sentimientos, emociones, algo que ilustre la naturaleza y el ser humano.
Expresionistas, como deformadores de la realidad, los hubo desde los principios del arte (ahí tenemos los casos de Bruegel, Goya, Van Gogh o El Greco, por citar solo algunos), pero fue en esta atmósfera pre-bélica de Alemania cuando artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual se unieron para la creación de un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la realidad —la «impresión»—.
Tenemos así temáticas oscuras y sórdidas: la soledad, la miseria, la muerte, el sexo… Una forma de reflejar la amargura existencialista de esos años, con una visión trágica del ser humano en la que el individuo va a la deriva en la sociedad moderna, industrializada, donde se ve alienado, aislado… ¿Os suena…?
Hoy sigue existiendo el expresionismo… Nunca se fue del todo, sin embargo como corriente artística concreta y estéril debemos dividirla en cuatro periodos, cuatro escuelas artísticas que influyeron notablemente en todo el arte posterior:
- Etapa pre-expresionista: Dos figuras abrieron la puerta al expresionismo años antes que los jóvenes alemanes: Munch en Noruega y Ensor en Bélgica fueron pioneros en mostrar lo grotesco y lo extraño. En definitiva la disección del alma humana.
-
Die Brücke: (El puente). En 1905 nace en Dresde «un puente para sentar las bases de un arte de futuro». El grupo Die Brücke, liderado por Kirchner, pretendió influir en la sociedad destruyendo las viejas convenciones, dejando a la inspiración fluir libre y dando expresión inmediata a las presiones emocionales del artista. Un poco de crítica social los convirtió en enemigos número 1 de la juventud alemana… y ya sabemos lo que le gusta a la juventud los enemigos Nº1.
El color y sus temas fueron las herramientas para ello: obras angustiosas, marginales y desagradables. También las técnicas: les interesaban las obras gráficas ásperas como la xilografía, con la que podían plasmar su concepción del arte de una manera directa, dejando un aspecto inacabado, bruto, salvaje, cercano al primitivismo que tanto admiraban. -
Der Blaue Reiter: (El jinete azul). Surgió en Múnich en 1911, agrupando a artistas con una determinada visión del arte, en la que imperaba la libertad creadora y -otra vez- la expresión personal y subjetiva de las obras.
Distaban de Die Brücke por no tener una actitud tan temperamental, una plasmación casi fisiológica de la emotividad. Der Blaue Reiter pretendían ser más refinados y espirituales, pretendiendo captar la esencia de la realidad a través de la purificación de los instintos. En vez de deformar, optaron por depurar, llegando así a la abstracción. -
Finalmente hay que citar aparte el expresionismo libre de la Escuela de París, un grupo de gentes aún más variopinta que se crió en ese caldo de cultivo que fue el París de entreguerras (1905–1940). Como esponjas que eran, chuparon de todos los estilos habidos y por haber, incluido el expresionismo. Pululando por Montmartre y Montparnasse, los expresionistas de París vivían una vida mísera y bohemia -fueron conocidos como «les maudits» (los malditos)- y crearon un arte heterodoxo, generalmente bohemio y torturado.