Suprematismo
1913–1922
Para mí se hizo evidente que había que crear nuevos marcos para la pintura en colores puros, construidos por exigencia de los colores; y, en segundo lugar, que el color debería abandonar la mezcla pictórica y convertirse en un factor independiente, que se incorpora a la construcción como un individuo de un sistema colectivo y de la independencia individual.
Por mucho que no se diga, los rusos fueron pioneros en arte en los primeros años del siglo XX. Y uno de los creadores más vanguardistas de esos primeros años fue el pintor Kazimir Malévich, que promovía nada menos que la abstracción.
Un universo sin objetos. Sin indicio visual posible. Arte no descriptivo. Quizás conseguir representar «la nada», que viene a ser representarlo todo.
Pero… ¿cómo representar la nada?. Pues sencillamente no se puede, pero sí se puede crear arte centrado sólo en las propiedades físicas de la propia obra. De esa manera quizás el espectador podría llegar a la pura y simple sensación.
Los suprematistas simplifican, ordenan todo, reducen los colores y, así, quizás los espectadores de una obra nos olvidemos que estamos ante una representación, sino ante todo el universo reducido en un cuadrado.