La ruleta
Munch se inspira en el ludópata ruso Dostoievski
Este año Munch estaría por Alemania y ahí iniciaría su gran período creador. Empapado de Strindberg y Nietzsche, del anarquismo y desde luego de Dostoievski empezaría a pintar de esa manera revolucionaria que convertiría su simbolismo enfermizo en una cosa llamada expresionismo.
Se inspiraría en el novelista ruso (un auténtico ludópata) para este cuadro, que muestra la sociedad de finales del XIX en torno a una mesa de ruleta. Los rostros desaparecen dejando apenas algunos rasgos como bigotes y barbas.
A Munch le importaba muy poco la realidad. Munch buscaba ante todo la expresión: «Al pintar una silla lo que debe pintarse no es la silla sino la emoción sentida ante ella».
No sé que emoción puede dar una silla, pero este artista sabía de estas cosas. En esa época empezó incluso a salpicar sus telas con pigmento para incorporar las manchas resultantes a la composición. Las posibilidades del accidente, hoy tan presente en el arte, fueron casi inauguradas por el artista noruego.