Lluís Masriera i Rosés
España, 1872–1958
Lluís Masriera i Rosés fue un modernista barcelonés, y ya sabemos que esta gente no se dedicaba sólo a una cosa: fue —además de pintor— un afamado orfebre, escenógrafo y director de teatro.
Descendiente de la ilustre familia Masriera —orfebres y artistas—, continuó la tradición joyera familiar, adaptándola a los tiempos modernos de finales del XIX. Triunfaba el Art Nouveau en toda Europa, y Cataluña no iba a ser menos: la burguesía catalana empezó a consumir productos modernistas como si no hubiera un mañana.
Masriera estudió en París, Londres y Ginebra en los años 80, y ahí absorbió todo lo que tenía que absorber un joven artista de la época. Al volver a casa, Lluís Masriera i Rosés triunfó con su joyería, primero con la Art Nouveau, después con la Art decó en los años 20 del siglo XX.
Con respecto a su carrera como pintor —que cultivó durante toda su vida— empezó siendo realista, pero después se hizo un modernista de manual: motivos vegetales, hadas y mariposas, colorido y un decorativismo brutal.
Lluis trabajó prácticamente todos los géneros y tuvo una notable incidencia en el arte catalán. Además fue un ávido coleccionista (tenía una espléndida colección de arte oriental), y todas estas piezas se convirtieron en museo público.