Ascendiendo y descendiendo
Uno de los más famosos ejemplos de arquitecturas imposibles del autor: la escalera sin fin.
Países Bajos, 1960
En este monasterio habitan unos misteriosos monjes. Quizás están obligados a subir estas escaleras eternamente. Si se cansan, las pueden bajar, aunque quizás el esfuerzo sea el mismo: Ambas direcciones parecen llevar a los mismos sitios.
Pero un par de monjes rebeldes están descansando. Uno observa, puede que intentando resolver el problema mentalmente; El otro parece que llegó a la conclusión de que es absurdo realizar ese trabajo en el que nunca se va a llegar a la meta.
El grabado se basa en la Escalera de Penrose, un problema matemático que obsesionó a Escher, y que sería utilizado también en cine por Christopher Nolan en «Inception».