El gato negro
Uno de los carteles más famosos de la historia del arte.
Steinlen fue uno de esos artistas totales del Montmartre de finales del XIX, pero las obras que lo hicieron más popular fueron sus extraordinarios carteles, como el de este antro parisino, le chat noir, que acogía cada noche a la flor y nata de la intelectualidad de la época, desde Claude Debussy a Paul Verlaine, pasando, por supuesto por Lautrec, ese otro gran cartelista.
Eran tiempos de bonanza industrial, y de vender cosas al público, por lo que también fueron los inicios de la publicidad, con la proliferación de imágenes atractivas para conseguir que la gente deseara un producto. Más aún si eran las formas estilizadas del Art Nouveau.
Para vender este cabaret Steinlen decidió simplemente representar a un felino y rodearlo de una tipografía propia del estilo modernista, recordando a formas orgánicas. Tres colores para imprimir en cromolitografía y ya tenemos una de las imágenes más icónicas de la Belle Epoque.
Pero no nos olvidemos de una cosa: Steinlen era «Le père des chats», «el padre de los gatos», y eso se ve en gran parte de su obra, donde se dedicó a representar felinos en todas las actitudes posibles.
Este cartel es un buen ejemplo reconocido por todo el mundo, y en el vemos a un gato negro que transmite todo lo que un tugurio como ese debía transmitir: bohemia, elegancia, erotismo, carisma, libertad, independencia, aventura, peligro…
Y resulta que el París más pintoresco se agenció esta imagen para representar con ella toda la ciudad.