Cisnes reflejando elefantes
Las imágenes dobles de Dalí son fruto de los sueños y del método paranóico-crítico.
Salvador Dalí fue El Surrealista… («La diferencia entre los surrealistas y yo es que yo soy surrealista»). O al menos fue el surrealista más popular.
Entre sus innumerables aportaciones está el llamado método paranóico-crítico, que tiene en esta obra uno de sus mejores ejemplos. «… un método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetivación sistemática de asociaciones e interpretaciones delirantes… esta actividad permite al mundo delirante pasar al plano de la realidad»
Lo cierto es que, como aquí demuestra Dalí, existe una extraña lógica detrás de cualquier desarrollo delirante (o de cualquier sueño o mito).
Estamos ante una de esas imágenes dobles que muestra precisamente lo que dice en su título (bastante moderado considerando el resto de títulos del autor como «Joven virgen auto-sodomizada por los cuernos de su propia castidad» o «Afgano invisible con aparición sobre la playa del rostro de García Lorca en forma de frutero con tres higos»):
Son cisnes reflejando paquidermos en un paisaje desértico y soleado.
Es el típico paisaje catalán de Portlligat (Cadaqués) que el autor representó obsesivamente a lo largo de su vida. Las nubes también muestran dobles imágenes, como esculturas clásicas desdibujadas y si buscamos detalles, podemos encontrar tesoros.
La perfección de los detalles y el naturalismo son dos de los rasgos pictóricos del autor («Una pintura es una fotografía hecha a mano»), que mostró mejor que nadie el mundo de los sueños.