Llama de vela
Vela a punto de consumirse.
Este emblema moral, al más puro estilo de la tradición europea de los siglos XVI y XVII, forma parte de la amplísima y siempre sorprendente producción del genial Cornelis Escher.
Durante el año de 1931 un renombrado historiador de arte, G. J. Hoogewerff, admirador del trabajo de un todavía no muy conocido Escher, le propuso trabajar con él en la creación de un libro de emblemas en el que Hoogewerff se encargaría de buscar el mensaje escrito y Escher de grabar en madera el correspondiente mensaje visual.
Compuesto de 24 emblemas, el libro fue publicado en el verano de 1932. Gracias a esta colaboración Escher recibió un pequeño pero importante apoyo y estímulo para seguir adelante con su producción artística y su interés por el grabado, que por aquellos años culminaría con sus preciosas estampas del paisaje italiano.
La imagen que tenemos aquí es una de esas 24 composiciones, quizá una de las más interesantes. En ella un lema en latín y unos admonitores versos escritos en holandés acompañan el hipnótico grabado de una vela a punto de consumirse, símbolo o emblema del propio espectador que la contempla.
(¡Vivo! Un alma inquieta se consume dentro de mí.)
He aquí lo que soy: una luz.
Advierte en mí tu destino.
Y no te ciegues contemplando una criatura
Ante la cual te consumes como yo me consumo.