Sol ardiente de junio
Sueño de un "día" de verano.
Esta es la obra maestra de Leighton, que realizó al final de su vida, sólo un año antes de su fallecimiento.
Una sola figura ocupa la mayor parte del cuadro. Es una bella joven, que duerme en una pose un tanto peculiar, prácticamente enroscada sobre sí misma. Lo más seguro es que se inspirara en Miguel Ángel y una de sus figuras realizadas para la tumba de Giuliano de Medici, con la alegoría de la Noche en una postura muy similar.
La vista se nos va en primer lugar a su atuendo y la luz que este desprende. Se trata de una mañana calurosa de verano, y ella va vestida adecuadamente para la ocasión, con un vestido vaporoso de color naranja, un color enérgico, vibrante, ideal para dicha estación.
En el reducido paisaje de la pintura contemplamos la línea del horizonte del mar, azul y a su vez brillante por el reflejo del sol, un cielo claro y unas montañas a lo lejos. La escena podría transcurrir tanto por la mañana como a primeras horas de la tarde, cuando el sol tiene fuerza y la muchacha, presa del calor, estaría dando una cabezada, la típica siesta, resguardada en la sombra de una terraza.
Encontramos también un elemento curioso en la esquina derecha: se trata de una planta en flor. ¿Y qué? pensaréis, como si tener plantas en los exteriores de las casas no fuera lo más normal del mundo. Sin embargo, esta no es una planta cualquiera, se trata de una adelfa, sus flores son de un color vivo, generalmente fucsia, y de un aspecto muy bello, pero altamente venenosas. ¿Por qué de entre todas las flores pintar precisamente una adelfa? Es esta flor la que le agrega un aire inquietante a tan bella pintura.
¿Realmente la muchacha duerme plácidamente? ¿O no es todo tan idílico como parece? Puede que esa sea la gracia después de todo…dejarnos con el misterio del verdadero significado de esta escena.