

Suelo sin barrer
Después del banquete.
Anónimo
150Ejemplo de mosaico que adornaba el triclinio (comedor) de una villa romana del siglo II d. C.
El tema es el asàrotos oikos («cuarto sin barrer» en griego), que es mostrar una especie de trampantojo como si el suelo estuviera lleno de basura y restos de la comida después de un banquete. Por eso vemos aquí restos de frutas, huesos de pollo, espinas de pescado e incluso un ratón royendo una cáscara de nuez.
¿Por qué una familia rica romana se esforzaría tanto y gastaría tanto para que el suelo de su comedor pareciera un basurero? Pues porque esa basura, si observamos bien, es basura de lujo: mariscos exóticos y muy frescos como langosta, ostras y demás moluscos, ubres de cerda, moras, jengibre de la India, higos de Oriente Medio… Es como el botín de todo un imperio tirado en el suelo a medio comer.
En definitiva, productos que sólo muy pocos romanos podían degustar.
Es también, una especie de memento mori, pequeñas referencias a la mortalidad para estimular la diversión en el banquete. Y es que el banquete más lujoso de pronto se convierte en basura.
En resumen: disfruta de la comida, porque puede ser la última.
El caso es que la ilusión está perfectamente lograda. Las texturas, los pequeños brillos, las sutiles sombras… Miles de matices para dar la sensación de realismo y entrar en el juego de la ilusión óptica, que como vemos es algo que ya dominaban los antiguos. Los primeros mosaicos de asàrotos oikos fueron cosa de los artistas griegos, y solo quedan copias romanas posteriores, como esta maravilla.