El viejo pescador, un cuadro espejo
Un espejo permite ver dos versiones antagónicas de un mismo cuadro.
El “artista loco” húngaro Tivadar Kosztka Csontváry pinta aquí el retrato de un viejo marinero. Su rostro está marcado por el salitre y la experiencia. Su mirada, llena de sabiduría, contiene misterio, y quizás un significado oculto…
El verdadero misterio del cuadro se descubrió tras la muerte del autor: Consiste en colocar un espejo en la mitad del lienzo y de este modo se muestran dos caras diferentes: la de Dios (el lado derecho del viejo) y la del Diablo (el izquierdo).
Un juego, el cuadro-espejo, que vincula al místico Tivadar Kosztka Csontváry con autores como Arcimboldo o muchos de los autores del barroco que investigaron con ilusiones ópticas y trampantojos.
¿No tenemos los seres humanos estas dos caras…?