Andrei Rubliov
Rusia, 1360–1430
A pesar de que se conoce poco acerca de su vida, Andrei Rubliov (Андрей Рублев) es y será considerado como uno de los máximos exponentes de las bellas artes rusas. Este discreto monje, proveniente de una familia de artesanos (su nombre proviene de rúbel, instrumento utilizado para curtir el cuero) nació en el entonces Principado de Moscú en las décadas finales del siglo XIV y fue capaz de ganarse la admiración y el respeto de sus contemporáneos. Se cree que fue discípulo directo de Teófanes el Griego, gran introductor del icono bizantino en los principados rusos.
A Rubliov, también conocido como Rublev, se le menciona por primera vez en las fuentes históricas cuando es invitado en el año 1405 junto a Teófanes y a Prójor de Gorodéts, ambos clérigos intelectuales de máximo nivel en la región, para ejecutar la decoración pictórica de la Catedral de la Anunciación del Kremlin de Moscú. Poco después ejecutará también la decoración de la Catedral de la Asunción de Vladimir. Rubliov se convirtió en un referente estético para los creadores de iconos del mundo eslavo. A pesar de haber aprendido de maestros bizantinos, Rubliov consigue imprimir en cada uno de sus iconos una extraordinaria armonía, lograda gracias a la armonía en las facciones de los personajes, la sencillez de las representaciones y el abandono del severo hieratismo que caracterizó a los iconos griegos. Características artísticas por las que, según se dice, fue criticado en numerosas ocasiones, pero Rubliov era una persona solemne, discreta e inclinada únicamente a la contemplación espiritual.
Sus obras más reconocidas son la Trinidad del Antiguo Testamento situada en el Monasterio de San Sergio en Sérguiyev Posad; y los iconos de Zvenigorod, en los que se representan San Pablo, el Arcángel San Miguel, y Cristo Salvador. A día de hoy no se conoce con exactitud la cantidad exacta de iconos que produjo durante su vida, ni su paradero, siendo cualquier pequeña parroquia rusa susceptible de albergar un Rubliov de valor inestimable.
Fallecerá en el año 1430, dejando para los especialistas de generaciones futuras una larga serie enigmas sin resolver. A día de hoy es admirado como ejemplo de devoción al espíritu y al arte.
En 1960 se inaugura el museo Andrei Rubliov de Antiguo Arte Ruso sobre el monasterio de San Andrónico, donde Rubiov habitó los últimos años de su vida y murió. En el año 1988 es canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa.