Hans Dahl
Noruega, 1849–1937
Hay pintores que tuvieron que luchar contra viento y marea para conseguir su sueño. Así fue para el romántico intransigente de su época Hans Dahl. Se negó a seguir el cambio al modernismo y contraatacó a su manera con panfletos autopublicados y produjo la obra Los pintores y el público enviándola a la Galería de Arte de Oslo. Ésta rechazó sus cuadros y nunca expuso su obra. 20 años más tarde de su muerte, sus producciones se subastaron y ahora todo está disperso. Es por eso que la búsqueda de la fuente sea muy difícil. La única excepción es KODE en Bergen.
Pero vamos a ver… ¿por qué lo mencionamos si fue un pintor desconocido y rechazado? Porque su obra es insuperable, porque luchó por su sueño y porque su rechazo fue arbitrario. Nuestro noruego Dahl realmente lo tenía todo en contra: mujer alemana, rechazo profesional por parte de la familia y movimiento artístico a destiempo.
Dahl era consciente de todo ello y, él mismo, en 1929 le advirtió al historiador Anders Ohnstad que no se hiciera pintor. Por todas las críticas y rechazos que tuvo que vivir. Aunque tuvo indicios de aprobación que le valían a él, como el patrocinio del Emperador aleman Kaiser Whilhelm II, el apoyo incondicional de su mujer y el precio alto que alcanzaban sus cuadros en el mercado de arte abierto de Noruega y Alemania.
A sus 16 años su talento era evidente y en cuándo terminó el servicio militar se marchó a Alemania a recibir educación artística. Decisión desaprobada en su ciudad natal. Ya que la consigna estaba clara: «Noruega debe pintarse en Noruega». Sin embargo, Munich era la principal ciudad artística del momento y Dahl lo sabía.
Dahl era un idealista romántico, que pintaba cuadros alegres con un destacado uso de la luz. Su firma lo define su dominio del agua en movimiento y sus paisajes con sus flores al viento. Uno de sus temas preferidos, eran los fiordos.
Aunque esto no es todo: Dahl era una mina de oro… inventó un velocímetro, inventó un pararrayos y unas fijaciones para esquís. De algún modo, sus invenciones nos recuerdan al polifacético Da Vinci.
En todo caso, ahora cuando veamos una obra suya la apreciaremos de otra mirada.