Francisco de Goya
España, 1746–1828
Francisco de Goya fue uno de los más grandes artistas de la historia. Siempre innovador, consiguió adelantarse a todos y cada uno de los movimientos pictóricos que aparecieron en Europa, desde el romanticismo al surrealismo, pasando por el impresionismo y el expresionismo.
Es por ello considerado el Padre del Arte Contemporáneo.
El pintor tardó en progresar, aunque siempre supo cual era su vocación. Rechazado en varios premios durante su juventud, emprendió un viaje a Italia que le hizo descubrir el arte con sus propios ojos, lejos del acartonamiento académico.
Su arte cambia al llegar a Madrid, donde consigue trabajo diseñando tapices. Poco a poco, y gracias a un evidente talento, consigue un meteórico ascenso social que lo lleva a la corte real. Ahí tendrá acceso a las colecciones de pintura de los reyes, y sobre todo a Velazquez, del que se enamora.
Muy trabajador, cultiva todos los géneros destacando sus retratos (y durante toda su vida numerosos autorretratos) y sus escenas costumbristas que captan a la perfección el Madrid de la época. Nunca abandonó los temas populares y en ellos se mezcla la más mordaz crítica social, con el más sofisticado estudio antropológico.
También hizo muchas obras de temática erótica, que le costaron algún disgusto con la Inquisición, una institución que siempre (y discretamente) rechazó. En esa España resultaba raro y hasta algo peligroso pintar a una mujer desnuda; Sobre todo a una noble… Fue muy sonado el rumor de que había pintado desnuda a la Duquesa de Alba (La maja desnuda), aunque existen varios ejemplos de que lo hizo vestida y se sabe de su buena «amistad». De hecho, el primer trabajo de Goya para Cayetana fue maquillarla (?!).
Como «reportero» realizó también sorprendentes e innovadores cuadros sobre los momentos históricos que estaba viviendo. Con estas pinturas sentó un precedente tanto estético como temático para el género no sólo limitándose a retratar sucesos históricos, sino alcanzando también un mensaje universal.
En cuanto a su carácter, es muy conocido el mal humor del pintor, tan típico de los sordos. La sordera que le agrió el carácter fue provocada quizás por el saturnismo, una intoxicación por derivados del plomo (el color blanco se hacía con este metal). Cada vez más sordo, Goya se encerró en sí mismo, se volvió huraño y solitario, pero a cambio pintó lo mejor de su producción, con nuevas y arriesgadas obras, como las geniales Pinturas Negras, que preludian el expresionismo o el surrealismo casi 100 años antes de que este naciera.