Aún aprendo
Eso es envejecer bien.
No dejó el señor don Francisco de Goya de aprender ni un segundo desde que tuvo en su mano el primer pincel.
Siempre alerta ante cualquier innovación técnica, cultural o artística, Goya se situó siempre sistemáticamente a la vanguardia —o incluso más allá— explicando seguramente el porqué de que su obra haya envejecido tan condenadamente bien.
Un ejemplo es este maravilloso dibujo, que puede ser el que mejor sintetice su espíritu aventurero y explorador en cuanto al reino de las artes.
Una especie de esbozo a lápiz que quizás pretende ser un autorretrato hiperbolizado de un anciano que, pese a la edad, la sordera y demás adversidades, siempre sigue adelante con esa voluntad férrea de desarrollarse artísticamente. «Aun aprendo» dice el viejo. Cuando hizo este dibujo, Goya tenía sus 80 años y la misma audacia artística que cuando era joven.
No siempre envejecen bien obras —ni personas— y Goya es el primero en mostrar muchas veces la tercera edad de forma negativa. Pero no es el caso. Aquí los años significan experiencia, sabiduría y venerabilidad.
Siempre fue Goya un paso adelante, aunque inestable y con la ayuda de no uno, sino de dos bastones, como el que necesita aprender de nuevo a caminar como un niño…
Me vais a permitir un poquito de span: es sobre el libro de Goya «El tiempo también pinta»?.
Si os gusta HA! y os gusta Goya, es altamente probable que os guste este libro.
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¡Muchas gracias!
Miguel Calvo Santos