El coloso
Goya representa al Godzilla hispano, de múltiples y enigmáticas interpretaciones.
Goya era un ilustrado, un intelectual que creía en la razón y el enciclopedismo de Francia.
Pero con la llegada de la Guerra de la Independencia y al ver las atrocidades cometidas por sus admirados franceses entró en una crisis que derivaría en un nuevo y oscuro estilo que no podemos más que llamar romanticismo.
Las tropas de Napoleón saquearon, violaron, destruyeron y asesinaron cruelmente en España a principios del siglo XIX y Goya decidió ilustrar y denunciar la situación en sus “Desastres”, y en otras obras entre las que debemos destacar esta.
El lienzo muestra a un coloso de espaldas entre nubes de humo provoca la huida caótica de un pueblo herido. Es una metáfora de la guerra, o quizás represente a su propio país retrocediendo y dándole la espalda al progreso (un gesto que quizás llegue hasta nuestros días). Hay quien dice que el coloso es el rey Fernando VII, uno de los Borbones más incompetentes y dañinos que reinó en su país.
Es difícil darle una interpretación al coloso, ya que no sabemos bien en qué dirección se mueve (si se mueve), ni a qué enemigos se enfrenta, o si tiene enterradas las piernas, o si es él en realidad la víctima.
Por estas múltiples interpretaciones, “El coloso” fascinó a generaciones durante siglos y es una de las estrellas del Museo del Prado en Madrid.
Domina el color negro y los toques de color son mínimos y aplicados con espátula. Una atmósfera apocalíptica que el pintor sordo desarrollaría en los años posteriores y que hoy conocemos como “Pinturas negras”, adelantadas como mínimo un siglo a su tiempo.
Hace algunos años, varios estudiosos cuestionaron que la autoría del cuadro fuera de Goya, aunque hoy “El coloso” vuelve a ser oficialmente un cuadro del pintor aragonés.