Lazarillo de Tormes
Sátira sobre la miseria.
Realizada durante la Guerra de la Independencia contra Francia (y por tanto época en la que Goya tenía pocos encargos), esta obra representa una escena del famoso y atemporal libro Lazarillo de Tormes.
Francisco de Goya oscurece su paleta, pero deja ver —gracias a la luz de las llamas de la derecha— al ciego metiendo los dedos en la garganta de su lazarillo para asegurarse de que no se ha comido una longaniza (dejándole a él con un simple nabo). Por supuesto, el pícaro no le pudo dar gato por liebre a su jefe, y acabó vomitando el manjar, aunque como vemos, está dispuesto a pasar la incomodidad de la inspección bucal con tal de haber podido saciar su hambre miserable.
Porque la miseria es la auténtica protagonista del cuadro, como lo era del libro. Miseria física, moral, y por supuesto social. De ahí esos personajes harapientos, grotescos, absolutamente caricaturescos, que viven en la penumbra de un país en el que cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros.
La obra, como podemos observar, preludia la oscuridad cromática y temática de las que serían sus fascinantes Pinturas Negras, con las que Goya decoraría su casa en sus tiempos más oscuros.
Perdonad este tosco spam, pero hay que vender libros, que con HA! no ganamos una mierda (a parte de la inmensa satisfacción de atender a nuestros amados lectores). Por eso, si os gusta HA! y os gusta Goya, es altamente probable que os guste mi humilde libro
«Goya: El tiempo también pinta»
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¡Muchas gracias por todo!
Miguel Calvo Santos