Caspar David Friedrich
Alemania, 1774–1840
Caspar David Friedrich fue un artista prerromántico, que introdujo el romanticismo en Alemania.
Sus paisajes alegóricos, que muestran el valor romántico de lo sublime, ilustran cielos tormentosos, nieblas matinales y ruinas góticas, todo muy del gusto del romanticismo alemán. Su interés principal como artista era la naturaleza, y a veces ubicar al ser humano empequeñecido en contraste con extensos paisajes. De ahí que el historiador Christopher John Murray nos hable de que «dirige la mirada del espectador hacia su dimensión metafísica».
El artista se formó muy joven como dibujante más que como pintor, pero las nuevas corrientes pictóricas lo llevaron a los pinceles, donde gozó de éxito. Se codeó con la élite artística de la época, pero siempre sufrió depresiones y trastornos mentales, que en realidad influyeron en su trabajo. Los paisajes de Friedrich reflejan su tormentoso paisaje interior.
Friedrich perteneció a esa primera generación de artistas libres, que no pintaban por encargo. Altas montañas, enormes cielos… y a lo mejor una figura perdida en la inmensidad, muchas veces de espaldas al espectador y en muchos casos, siendo el centro compositivo de la obra. De todas formas se inspiró en los paisajes reales pero desde puntos de vista inéditos hasta ahora.
Su obra fue muy apreciada durante el romanticismo, y como paso con muchos otros, fue olvidado, vuelto a recordar y olvidado otra vez. Hoy es una de las figuras claves del arte alemán de antes del siglo XX junto a Durero.