John Atkinson Grimshaw
Reino Unido, 1836–1893
John Atkinson Grimshaw (o Grimmy, como le llamaban sus colegas) fue un artista victoriano inglés especializado en escenas nocturnas de la ciudad. De hecho, si pensamos en Grimshaw, es inevitable pensar en el Londres nocturno.
Aficionado a la fotografía, este artilugio tan decimonónico influiría en su arte, ya sea por encuadre o por el uso de la cámara oscura para proyectar escenas en el lienzo. Después de todo, hay quien acusa a Grimshaw de no ser precisamente un buen dibujante, sobre todo en lo referente a la perspectiva. Bien sabido es que la fotografía ayudó y ayuda a muchos artistas en estos menesteres.
Se hizo pintor a los 24 años, y casi mata del disgusto a sus británicos y flemáticos padres. Le gustaban sobre todo los prerrafaelitas y pintar la luz de la luna. Era un romántico. La iluminación de nuestro satélite fue objeto de fascinación desde los artistas de la prehistoria. Grimshaw lo llevaría a un terreno moderno, brumoso, urbano, lírico… un mundo contemporáneo que aún así evitaba los aspectos sucios y deprimentes de las ciudades industriales.
Murió de tuberculosis, como buen romántico que era. Dejó varios hijos (algunos de ellos también pintores) que había tenido con su prima.