Abadía en un bosque
Promesas del norte.
Hablar de la muerte nunca ha sido fácil, es por ello que el manejo de la misma es tan diferente en cada persona; algunos prefieren ignorarla, otros hablarla y en el caso de Caspar David Friedrich, pintarla.
Abadía en un bosque, también conocida como Abadía en el robledal, es una de las primeras obras del pintor donde se logra apreciar la corriente romántica. La elección de temáticas como la desolación, la soledad y melancolía se llevan de la mano con la naturaleza y el paso de las estaciones.
Esta obra retrata las ruinas de una abadía gótica donde una comitiva de monjes portan un ataúd; como se vería en el resto de sus pinturas, Caspar David Friederich no marca un límite de espacio, siendo este difumiado con niebla y la extensión del mismo paisaje.
A primera instancia podría parecer una obra que no retrata mas que el dolor tras una pérdida, sin embargo, la luz de la zona superior se vuelve el elemento protagónico y nos recuerda que hay algo que le gana a todo mal terrenal: la fe.
Con el paisaje bañado por una intensa luminosidad, Friederich retrata el reino de los cielos y la promesa de un Más Allá. El hombre no puede hacer nada más que contemplar la magnitud de la naturaleza y confiar en esa promesa.
El paisaje logra retratar una situación tan real y simbólica a la vez que se convierte en un paisaje tan único como cada uno de nosotros puede sentir las cosas.