Así suelen acabar los hombres útiles
El arte de denunciar.
Los cuadernos de dibujos de Goya son de lo mejorcito de su producción artística. Una fascinante colección de bocetos e ideas que el autor realizó a lo largo de su vida y una de las muestras más interesantes —y quizás más desconocidas— de su prolífica obra. Son como una especie de laboratorio artístico donde el genial pintor no ponía límite a su creatividad. Aquí es donde se ve al Goya más arriesgado, moderno, experimental…
El Cuaderno C (al que pertenece esta imagen) es el más extenso de todos, y probablemente el que mejor muestra al Goya más genuino. Muestra las realidades más crudas de su país, en las que roza la crónica periodística a pie de calle: desde mendigos bebiendo de charcos (con la inscripción «mejor fuera vino») a un homosexual subiendo sus calzones (El maricón de la tía Gila). Un volumen lleno de mendigos, tullidos, borrachos, locos e inválidos, dándonos una idea de la pobreza y miseria que sufrían buena parte de los españoles durante la guerra de la Independencia.
Con este simple dibujo, y su significativo título, Goya retrata y denuncia la terrible desprotección que sufrían los ancianos que ya no podían trabajar, incluidos los veteranos de guerra que habían dado su vida —o sus extremidades— por la patria, todos ellos abocados a una vida miserable. Ni siquiera se muestra una referencia espacial concreta, acentuándose la soledad de estas gentes.
Con sus taras auditivas, y una edad ya avanzada, es muy fácil imaginar a Goya empatizando con sus compatriotas más desfavorecidos.