Neoclasicismo
1750–1820
Como bien dice su nombre, una vuelta al mundo clásico tras el frenesí barroco. Así gira la rueda de la historia del arte desde sus inicios.
La ilustración extendió sus tentáculos hasta el arte y la razón de la antigüedad greco-romana vuelve a ser un faro por el que guiarse estética y filosóficamente.
Se empiezan a realizar expediciones arqueológicas para recuperar ese pasado casi mítico. Roma se convierte de nuevo en la capital cultural de occidente, y todo artista que se precie va a conocerla.
Después de tanta pasión desbordada, de tanto ornamento prescindible, vuelve a ponerse de moda la claridad y la sencillez
Vuelve el dibujo y la forma, sobre el color y la mancha, que dejan de tener valor estético por sí mismos. Se valora la factura impecable, sin pinceladas del autor, se aprecia la temática histórica (incluida la historia presente, como la Revolución Francesa) y mitológica, mejor si estaban basadas en los clásicos.
La única manera para que lleguemos a ser grandes o, si esto es posible, inimitables, es imitar a los antiguos.
Winckelmann