Barroco
1600–1750
El Barroco trasciende del arte. Fue un período cultural, científico, tecnológico, filosófico, político, económico… Aunque probablemente sea en el arte donde mejor se ilustra el clima del momento.
El siglo XVII nace con cambios políticos (los estados modernos), religiosos (la contrarreforma), tecnológicos (el telescopio), económicos (crisis) y sociales (la burguesía). Con esa atmósfera surge un estilo anti-clásico, menos racional y más apasionado, una reacción contra lo anterior como suele -y debe- pasar a lo largo de la historia del arte.
El arte se volvió dinámico, teatral, efectista. Busca sorprender, asombrar. Eso no quiere decir que se elimine el realismo. Todo lo contrario: se recrudece. En esa época de crisis económica, el hombre se enfrenta de forma más radical a la realidad.
Aún así se distorsiona todo, se violenta. Se potencian los contrastes (el tenebrismo) y el desequilibrio.
Un periodista salió con la vieja pregunta: «¿Sí se hubiera quemado el Prado qué se hubiera llevado usted?». Cocteau dijo: «Me hubiera llevado el fuego». Entonces los periodistas se dirigieron a mí: «¿Y usted, qué se hubiera llevado?». Dije: «Dalí se llevaría el aire nada menos, y específicamente el aire contenido en Las Meninas de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe.»