Adriaen Brouwer
Flandes, 1605–1638
Pintor maldito del barroco flamenco, Brouwer fue un artista irreverente que prefería representar los bajos fondos, el lumpen y la delincuencia a adaptarse a los gustos de la burguesía. Ladrones, aventureros, borrachos y todo tipo de clases marginales son tratados por Brouwer con verdadero cariño y respeto. Ni que decir hay que el pintor era uno de ellos.
Una vida plagada de deudas, una imagen bohemia y un caracter party all the time hacen de Adriaen Brouwer uno de esos artistas adelantados a su tiempo. Cogiendo cosas de Bruegel, Caravaggio y Haals, sobre todo su interés por las clases populares, fue pintando cuadros cada vez más sórdidos pero modernos. En cierto modo incluso se le considera un precursor del impresionismo, dadas sus pinceladas fuertes y desenvueltas, que apenas detallan nada.
Son famosos sus retratos de fumadores, que presentan una exagerada sensualidad, acentuada por botellas de ginebra y cerveza, juguetonas volutas de humo que parecen saltar del lienzo y sobre todo expresiones en los rostros de una modernidad pasmosa. De un tono casi grotesco, no se sabe bien si Brouwer pretende hacer una crítica a los vicios más mundanos o bien directamente una apología. A juzgar por su vida de parrandas, muy bien podría ser lo segundo.
También son conocidos sus problemas con la justicia flamenca de la época. Acusado y condenado falsificar diversas obras, entró varias veces en prisión. En los últimos años de su vida fue a la cárcel sin conocerse bien los motivos causas, pero por lo visto el propio Rubens, que era muy admirador de su obra, reconoció su culpabilidad.