Fumatore
El tabaco, producto llegado de América que causó furor en la zona.
Era el Barroco Flamenco, y la zona era uno de los más importantes focos artísticos de Europa, por lo que proliferaron pintores de mayor o menor calidad que podían vender su obra a la burguesía.
Adriaen Brouwer fue uno de ellos, pero a él le interesaba plasmar los bajos fondos, el lumpen y la delincuencia de Flandes: Ladrones, aventureros, borrachos y todo tipo de clases marginales son tratados por Brouwer con verdadero cariño y respeto.
Ni que decir hay que el pintor era uno de ellos: Brouwer tuvo una vida plagada de deudas, una imagen bohemia y un caracter party all the time. Tuvo siempre problemas con la justicia y pasaría una temporada en la cárcel por falsificación.
Cogiendo cosas de Bruegel, Caravaggio y Haals (sobre todo su interés por las clases populares) pintó interiores de tabernas en los que vemos riñas, juergas y gente bebiendo y fumando.
Y precisamente el tabaco, producto llegado de América que causó furor en la zona, fue uno de los temas más tratados por el artista. Sus retratos de fumadores como este, con juguetonas volutas de humo que parecen saltar del lienzo y expresiones en los rostros de una modernidad pasmosa, son bastante ambigüos: no se sabe si Brouwer pretende hacer una crítica a los vicios más mundanos o bien directamente una apología de ellos.
A juzgar por su vida de parrandas, muy bien podría ser lo segundo.