Gran disparate
El Goya más experimental (si cabe).
Uno de los dibujos del Cuaderno G de Goya, donde el genio ya desbocado, en los últimos años de su ajetreada vida, plasma el sufrimiento de los pobres, de las mujeres casadas con garrulos o de los injustamente castigados, y de pronto da paso a escenas de ultra-violencia, irracionalidad y locura, sin dejar de mostrar al ser humano tal cual es.
Son escenas que forman ingente cantidad de bocetos que el autor realizó a lo largo de su vida en los llamados Cuadernos de Dibujo (que van de la A a la G) que conforman una de las muestras más interesantes —y quizás más desconocidas— de la obra de Goya, y que paradójicamente son las que mejor muestran al Goya artista y al Goya humano. Son el perfecto ejemplo del Goya privado: arriesgado, moderno, experimental…
Don Francisco debía tenerlos en alta estima, pues los guardó durante toda su vida y en conjunto representan la quintaesencia de lo que podemos denominar «diario de artista», herramienta que —que se sepa— nadie utilizó antes de él.
Gran Disparate es una extraña escena de difícil —por no decir imposible— explicación. En ella una cabeza cabeza cortada que es alimentada por su propio cuerpo separado de ella, y este a su vez recibe el alimento por un embudo en el cuello al que un personaje vierte un fluido. Una vieja observa la escena riendo.
Si autores del cómic underground como Robert Crumb no vieron esta obra para alguno de sus más bizarras tiras en plena era hippie, que baje Dios y lo vea.