Paul Signac
Francia, 1863–1935
El artista parisino fue un neoimpresionista famoso por su desarrollo de la técnica del puntillismo, junto a Georges Seurat. Nació en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió abandonar las expectativas sobre su futuro como arquitecto para dedicarse enteramente a su verdadera pasión, la pintura.
Es uno de los principales representantes de la liberación del color con respecto al objeto. Dedicándose de lleno a la carrera artística, Signac tomó lecciones, a comienzos de 1880, con el artista Emile Bin, quien en su momento era el alcalde de Montmartre. Al principio tuvo influencias de Monet, Pissarro y Renoir, pero después de la fundación del Salón de los independientes de París se convirtió en un neoimpresionista, cuando conoció a Seurat, en 1884.
La escuela pictórica del puntillismo, que consiste en utilizar pinceladas puntuales, yuxtaponiendo pequeñas manchas de colores, nació oficialmente en 1886 y de ella formaron parte, además de Signac, Georges Seurat (el fundador), Henry-Edmond Cross, Camille Pissarro, Maximilien Luce y Théo van Rysselberghe, pintores reunidos por la común aspiración de dar a sus telas la mayor luminosidad posible.
Bajo la influencia de Seurat, y convirtiéndose en su más fiel seguidor, abandonó las pinceladas impresionistas para adentrarse en la experimentación plástica con los puntos de color puro, que tenían como único objetivo combinarse entre ellos sin mezclarse en la tela, para poder hacerlo en el ojo de quien contemplara sus obras.
En 1899 escribió De Delacroix al Neoimpresionismo, un libro sobre teoría del arte, que a su vez pasó a ser el manifiesto del nuevo movimiento.
La temática de su obra se centra, en su mayoría, en el paisaje de los puertos, donde se observan los elementos propios de la vida marinera: faros, cuerdas, veleros y navegantes.
Para lograr estas imágenes viajó por toda Europa; era un apasionado de la navegación, y con su pequeño barco —llamado «Olympia», en homenaje al cuadro de Manet— recorrió ciudades portuarias del norte y sur de Francia, desde El Havre hasta Marsella, los puertos de Venecia, Constantinopla, vistas de París, La Rochelle, Aviñón, Collioure, Saint-Tropez y Antibes.
En sus pinturas al óleo, Signac es voluntarioso y reflexivo, siguiendo ese sistema exacto y casi científico de aplicación de los puntos. En las acuarelas, en cambio, el pintor francés utilizó el principio de una manera mucho más libre, develando su sensibilidad, y expresando sus pinceladas con rapidez, precisión, soltura y espontaneidad.
El pintor dijo una vez que Dos colores opuestos colocados uno junto al otro modifican la percepción de su verdadero color.
Un ejemplo magistral de esto se puede comprobar en algunas de sus obras más famosas: Palacio Papal de Avignon y La Rochelle evidencian su interés por la luz y los colores. Las mezclas de colores sombríos del último periodo impresionista son así reemplazados por luminosos e intensos colores.
En los últimos años de su carrera pintó diversas acuarelas en las que no siguió rigurosamente las reglas del puntillismo; por este periodo estrechó amistad con pintores belgas que posteriormente formaron un grupo de neoimpresionistas. En este período, también trabajó desde la memoria y la imaginación más que desde la observación directa. Utilizó un pincel más suelto y toques más amplios de pintura, y comenzó a producir numerosas acuarelas y dibujos.
A la edad de 71 años, Paul Signac murió de septicemia. Su cuerpo fue incinerado y, tres días más tarde, enterrado en el Cementerio de Père-Lachaise.
«El pintor anarquista no es el que crea cuadros anarquistas, sino el que, sin deseo de recompensa, lucha con toda su individualidad contra las convenciones burguesas oficiales por medio de una contribución personal».
Paul Signac