La entrada al puerto de La Rochelle
Miles de piedras preciosas.
Los temas favoritos de Paul Signac eran los paisajes marítimos. A su vez, esta temática tiene un fuerte vínculo con sus constantes viajes por las costas europeas, que quedaron impresos en sus lienzos con puntos de vibrantes colores y pinceladas cortas llenas de luz y movimiento.
En La entrada al puerto de La Rochelle podemos ver en los barcos que ingresan al famoso puerto de Francia el estilo libre y poco riguroso que caracteriza a este pintor. Esta obra es una de las más reconocidas de Signac, donde utiliza colores intermedios entre los considerados «puros» en la pintura. Esto hace que los colores se vean mucho más vibrantes e impactantes, mejorando así el efecto óptico que tiene la pintura en el espectador.
Lo importante para Signac era la emoción que este podía provocar en las personas que observaban sus cuadros. Su estilo tan particular hace que no solo en esta pintura, sino en la mayoría de sus obras, nos de la sensación de que el cuadro está construido por miles de piedras preciosas.
El efecto del agua que tiembla levemente a medida que los barcos arriban al puerto, las banderas francesas flameando por el viento que casi podemos sentir golpeando nuestras caras, y las nubes que intercambian profundidad y degradación, nos ofrecen una imagen vívida con la máxima precisión de detalle y suaves transiciones de los gradientes de color, con una saturación que en su momento fue muy novedosa, y que hasta hoy en día nos sorprende e hipnotiza cuando nos topamos con este tipo de pinturas en el salón de un museo.
La luminosidad de esta obra y la intuición que representa se ve a su vez combinado con la técnica casi científica que aplica el puntillismo. Si se hace zoom en el cuadro, nos podremos encontrar con un nivel de detalle realmente emocionante.
Es una pintura armoniosa, con un carácter singular en su trazo: pinceladas precisas, pero a la vez sueltas y espontáneas.
En la actualidad La Entrada al Puerto de La Rochelle tiene un valor de 1,5 millones de euros. Cuando Signac hizo esta pintura, fue nombrado Pintor Oficial de la Marina de Francia, alegando que él fue quien mejor representó la navegación, y, comprobando una vez más, que cuando trabajas en algo que te apasiona, pueden salir obras magistrales como esta.