Raoul Hausmann
Austria, 1886–1971
Raoul Hausmann fue uno de los dadaístas más experimentales. Sus collages, acciones y poesías sonoras, entre otros delirios, fueron- a la larga- de una enorme influencia para la historia del arte.
Entre sus grandes aportaciones se cuenta el fotomontaje, en el que todos los historiadores del arte están de acuerdo que fue su inventor.
Siempre un artista crítico, Hausmann fue uno de los provocadores culturales en la covulsa época de entreguerras.
Nacido en la efervescente Viena de finales del XIX, con catorce años su familia se traslada a Berlín. Ahí estudia arte y entra en contacto con el expresionismo, tanto a nivel plástico como teórico. Empieza a escribir en Der Sturm, donde ataca virulentamente al arte establecido.
En 1918 se lee en Berlín el Manifiesto Dadá recitado por Hausmann a ritmo de jazz y provocando intencionadamente el escándalo y las risas de los espectadores. También lee su manifiesto personal: El nuevo material en la pintura.
La búsqueda de nuevos materiales llega en forma de epifanía cuando ve durante sus vacaciones en el Báltico una fotografía de 5 soldados con la cara de un niño repetida tapando sus rostros. Hausmann ve la luz y se convierte en el descubridor oficial del fotomontaje, utiñizado después por el movimiento Dadá y otros de corte más político como el constructivismo o posteriormente el pop.
También aportó sus poemas sonoros y creó el Optofón, un artilugio que convertía las imágenes en sonidos.
Debido a su espíritu crítico no gustó a la Alemania que se avecinaba y los nazis lo pusieron en los primeros puestos de su lista de arte degenerado. Emigró pues a Ibiza y después a Limoges donde estuvo residiendo hasta su muerte en 1971.
Durante todo ese tiempo no paró su producción y cultivó todas las artes, de la pintura a la escultura, pasando por supuesto por la fotografía.