Victor Moscoso
Estados Unidos, 1936
Si conocéis los carteles psicodélicos de la época hippie, seguro que habéis visto alguno de los carteles de Víctor Moscoso, uno de los primeros en llevar a cabo esta estética colorida que introducía collages fotográficos entre mandalas inspirados en un viaje de LSD.
Víctor Moscoso es gallego. Nació en Vilaboa (A Coruña) pero por culpa de la Guerra Civil la familia decide largarse de ahí hacia Nueva York. Moscoso se crió en Brooklyn, absorbiendo la cultura popular de Estados Unidos.
Empieza a estudiar arte y derivados, y acaba en la universidad de Yale (ahí recibirá alguna lección de Josef Albers, maestro de la Bauhaus), pero el buen estudiante de repente se desvió. Algunos dicen que por culpa de leer On the road de Jack Kerouac. El caso es que decide dejarlo todo e irse a San Francisco, paraíso de bohemia libertad.
En ese mundillo beatnik se va introduciendo Moscoso, pero a mediados de los 60, esos beatniks están desapereciendo. Poco a poco se dejar crecer el pelo, se visten con abalorios y empiezan a escuchar a esos primeros grupos piscodélicos, que buscan su inspiración claramente en la ingesta de ácido lisérgico.
Quizás por casualidad, Moscoso se encuentra en primera fila de ese movimiento (recordemos que también andaba por ahí Robert Crumb en el cómic), y como todo producto, ese hippismo necesitaba promoción visual. Su primer cartel es para anunciar un concierto de Big Brother y la Holding Company, el grupo de Janis Joplin, y a partir de ahí Mocoso se inventa una estética nunca vista, un amalgama inspirado en patrones fractales, un poco de art nouveau, algo de collage, las teorías del color de Albers, y por supuesto, unas gotitas de LSD.
Los Doors, los Grateful Dead, los 13th Floor Elevators… no hubo banda de la época que no fuera anunciada en uno de los míticos carteles de Moscoso.
El arte de Víctor Moscoso es muy reconocible, original e influyente. Su forma de no hacer distinción entre fondo y figura, sus tipografías inspiradas en el modernismo, sus fotografías de la belle èpoque «ensambladas», su caos ordenado y sobre todo esos colores altamente lisérgicos son el símbolo claro de una época.
Más de un hippie se debió quedar flipando horas con sus carteles en pleno viaje de ácido mientras escuchaba a los Jefferson Airplane.
Por supuesto, la moda hippie pasó rápido, la gente empezó a lavarse y a meterse drogas más duras y Moscoso tuvo que adaptarse, pero se recicló trabajando para Levi’s o Starbucks, y por supuesto, las nuevas bandas de rock and roll que surgían.