Estupa, Ladakh
Buscando Shambala.
El artista, arqueólogo, filósofo y aventurero ruso Nikolái Roerich dedicó buena parte de su vida a buscar el mítico reino de Shambala, un lugar oculto más allá del Himalaya donde según dicen algunos hippies, reina la paz, el silencio y la felicidad. Reina el Dharma.
Por eso se pateó media Asia Central: India, Nepal, Mongolia, el Tibet… creando unas 500 pinturas de sus viajes donde intentó plasmar la belleza de lo que veían sus ojos: majestuosas cordilleras, espectaculares templos, imponentes ciudades… Este es el templo o Estupa Shanti, al norte de la India. Cada una de ellas bañadas por luces celestiales que captan a la perfección su búsqueda artística, geográfica y espiritual. Se nota que se había enamorado del Himalaya.
Hasta el mismo día de su muerte, Roerich se quedó viviendo a los pies de la cordillera, en el Valle Kulú, pintando esas montañas sagradas, captando toda la belleza del espectáculo natural por el que pasó. No sabemos si siguió buscando el Shambala, o si quizás lo encontró. Según la sabiduría oriental, el paraíso puede ser el autoconocimiento y la revelación espiritual tras un viaje interior.
Sabemos que Nikolái Roerich sí consiguió cosas importantes para la humanidad, además de su arte, como es el Pacto Roerich, que intenta proteger el arte y la cultura de talibanes y demás alimañas.
Un gran tipo este Roerich. Hasta tiene una montaña y un planeta con su nombre.