La vieja
Esta señora nos recuerda que vamos a envejecer.
Giorgione… nunca podremos estar seguros de la autoría real de sus cuadros, siempre enigmáticos, siempre rodeados de misterios. Su vida fue ya un misterio: fugaz (murió a los 33 de peste), admirado por sus contemporáneos (nada menos que Tiziano era fan suyo) y sin dejar ni una sola prueba más allá de la leyenda de que pintó todos esos cuadros que se le atribuyen.
Esta anciana, por ejemplo. No está firmada, pero… ¿quién iba a crear una obra de tal realismo en los primeros años del siglo XVI?. Parece una fotografía. La vieja enseña sus arrugas y sus canas y nos observa con un papel en la mano: “col tempo” (con el tiempo), recordándonos que vamos a envejecer, por muchas cremas, gimnasio, cirugías y filtros de instagram con los que disfrazar nuestra única y absurda realidad: que somos nosotros mismos… “ahora lidiad con ello” parece decirnos la vieja con esa boca desdentada a medio abrir.
Pintar viejas fue una excelente manera de recordar el paso del tempo en esos años del cinquecento veneciano. El fondo oscuro remarca aún más la cosas.
Además, la técnica pictórica de Giorgione era puro color veneciano aplicado sin contornos, sin dibujo, algo de extraordinaria modernidad y una de las contribuciones fundamentales de este misterioso artista a la evolución de la pintura occidental