Nocturno: azul y plata - Chelsea
El placer de la pincelada azul en horizontal.
En música, un nocturno es una composición de corta duración, sin forma específica, de carácter íntimo y melodía melancólica y dulce.
Pues este es el primero de los Nocturnos de Whistler. Con estas mágicas obras el pintor pretendía transmitir la belleza del Támesis por la noche, su calma, su intimidad… y desde luego estas pinturas encajan perfectamente con una de esas composiciones musicales.
Al pintor le dio por pintar estas maravillas al regresar de un viaje en barco de vapor a Westminster, cuando vio en el río un resplandor de rara transparencia una hora antes del atardecer.
En su estudio se apresuró a intentar transmitir lo que había visto y se puso a pintar sobre una imprimación de color gris oscuro, aplicando finísimas capas de pigmento para intentar crear una sensación de luminosidad.
Lo hizo todo siguiendo líneas horizontales, que al final son las que consiguen dar esa sensación de calma y seguridad, de tranquilidad nocturna. Igualito que una de esas maravillosas composiciones.
Debemos destacar también la clara influencia del arte japonés en cosas como esa paleta tan restringida, o en la economía de la línea, pero sobre todo en la característica firma del artista, con forma de mariposa encajada en un cuadrado.