Primera aradura
Realismo brutal para esta artista incomparable.
También conocido como “Labranza en la provincia de Nevers”, este cuadro es el prototipo de arte de esa gran desconocida que fue Rosa Bonheur: una pintura de ganado en escenas rurales.
Los animales (aquí los hay de dos y cuatro patas) fueron su gran pasión y con su exquisita técnica elevó este “género menor” (retratos de bestias) a la categoría de Arte.
La Bonheur fue una excepcional realista que siempre tuvo en contra un handicap para pasar a la historia: era mujer.
Aunque la artista vestía de hombre (en realidad llevaba pantalones), para frecuentar las muy masculinas ferias de ganado, que era lo que a ella le gustaba pintar. Visto su innegable talento, Francia incluso le permitió una “autorización para usar disfraz” renovable cada seis meses.
Ya desde pequeña fue tachada de marimacho, que es lo que suele ocurrir con esas mujeres de personalidad fuerte y un poco más de talento que sus colegas con pito.
Quizás por ello no suele salir en las listas de los grandes maestros del XIX. La historia del arte, otro territorio plantado casi exclusivamente por nabos, siempre fue reticente a reconocer a las grandes artistas (que las hubo) que no lograron pasar a la historia como se merecían.