Rosa Bonheur
Francia, 1822–1899
Marie Rosalie Bonheur fue una pintora especializada en animales. Excelente pintora, por cierto, aunque con un handicap a la hora de pasar a la historia en el arte como merecía: era mujer.
Criada en la Francia rural, desde pequeña ya era tildada de «marimacho» («Yo era el más muchacho de todos»), una reputación que la siguió toda su vida y que no buscó desmentir, ya que llevaba el pelo corto y fumaba puros como un carretero.
Efectivamente, Rosa era lesbiana, si es que eso tiene alguna importancia, y curiosamente en esa época tan conservadora, a nadie dentro del ámbito artístico le pareció demasiado mal, dado su buen hacer pictóricamente hablando. Gracias a esto consiguió la independencia financiera, que como sabemos es un factor importante a la hora de ser respetados.
De todas formas ser mujer no es fácil, y menos en el XIX. Se dice que Rosa tuvo que solicitar a las autoridades un permiso para vestirse de hombre (en realidad llevar pantalones), pero sólo para frecuentar las muy masculinas ferias de ganado, que era lo que a ella le gustaba pintar. Francia le concedió una «autorización para usar disfraz» renovable cada seis meses.
Los animales fueron el tema principal de su pintura: perros, zorros, leones, ciervos, ganado, y también algún ser humano, el animal más animal de todos, pero siempre acompañado de un cuadrúpedo. Su increíble minuciosidad al representar todo tipo de bestias la convirtieron en una figura importantísima dentro de la escuela Realista y Naturalista.