
Sin título
(Baile)
Ochentero y eterno.
Un ejemplo perfecto del inconfundible estilo de Haring con sus colores primarios (con contornos gráficos en negro), sus figuras simplificadas a tope —sin cara pero plenas de vida—, y unas escenas que son frívolas y ochenteras, y a la vez complejas, profundas y atemporales, muy capaces de transmitir un mensaje universal, sin fronteras entre edad, raza, género u orientación sexual.
Es alucinante como transmite Haring el lenguaje corporal en unos simples monigotes. Son las suyas figuras en varias poses que rezuman energía, dinamismo y vitalidad. Están bailando, divirtiéndose a tope, suponemos que con alguna canción de 1987, y así consigue infundir sonido a un arte puramente visual.
Hay que decir que en las inauguraciones de Haring en las discotecas, estas serigrafías solían ir acompañadas de música, con el DJ Larry Levan pinchando música de una cochambrosa ochentez y saltimbanquis bailando el más grotesco break dance. A estos eventos acudían iconos de la década como Madonna, Grace Jones o Boy George.
Es por eso que estas obras son puro Pop Art, combinando artes gráficas con publicidad, danza, cultura popular, moda (evidentemente, Haring también estampaba sus imágenes en camisetas). Y además hablan con absoluta claridad y precisión del momento que vivían sus contemporáneos.