Beso V
Lichtenstein sacó su inspiración de cómics para adolescentes.
Que el cómic es una de las bellas artes ya no lo discute nadie.
Pero en los años 50 y 60 era quizás una idea novedosa eso de poner viñetas en los grandes museos.
El Pop Art buscaba precisamente eso: llevar a las instituciones la cultura popular de masas, ya fueran anuncios, productos de supermercado, posters realizados en serie o como en este caso, dibujos sacados de tebeos para adolescentes. Iconos de la sociedad de consumo que eran “manipulados por el artista” para convertirlos en los nuevos ideales de belleza para una sociedad cada vez más consumista.
Roy Lichtenstein (1923–1997) iba para expresionista abstracto, pero en algún momento decidió que se dedicaría a llevar al lienzo imágenes de los cómics más vendidos. De ahí esas características líneas, los colores primarios y los puntos Benday, simulando la impresión de alta velocidad.
Lo que parece ser el extracto de un cómic para chicas adolescentes– de hecho lo sacó de una viñeta del popular Girls’ Romances #97, 1963 (DC)– es en realidad un acrílico sobre lienzo hecho a mano con pincel, puntito a puntito.
El cuadro muestra a una mujer en llantos que abraza su pareja. ¿Son lágrimas de felicidad o tiene el corazón roto…? Sin las demás viñetas de la historia, no podemos más que especular. Tampoco Lichtenstein nos da una pista con uno de sus habituales bocadillos o una de sus onomatopeyas, propias del lenguaje del 9º arte.
El caso es que a Lichtenstein parecían gustarle las chicas llorando en primer plano, pues tiene varias obras sobre el tema.