Mujer en el baño
Una bañista en la época del consumismo.
La estética del arte Pop, sin duda está relacionada con el contexto social de la época, tiempo de prosperidad que se vio reflejado en un incremento del consumo. Es un estilo que en algunos casos llegó a producirse en serie, guardando así una relación directa con la sociedad consumista.
Las imágenes de esta cultura popular, los medios de comunicación y los artículos del día a día se convertían en iconos. Incluso lo frívolo y superficial podía ser retratado para impactar al espectador.
Con una paleta de colores limitada a los elementales y generalmente plasmados en gran formato, se instaura el Pop Art como un inquilino que no puede faltar en cualquier museo de arte moderno que se precie. Es el caso de Mujer en el baño, de 1963 que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza.
Este imprescindible abanderado de la elegancia, pintor, escultor y artista gráfico, nos muestra una imagen de cómic sugerente en la que la mujer con formas contorneadas y perfectos trazos contrastan con la geometría de los azulejos del fondo. La sonrisa nos proporciona información y nos reconforta al mismo tiempo con la sensación de cotidianidad. Este cuadro incluye los ingredientes principales de su obra: temas cotidianos y universales mostrados con fuerza emocional, representados de un modo prácticamente impersonal y usando una técnica fría. Sus imágenes normalmente expresan emociones básicas, amor, deseo, tristeza, miedo, emoción… sobre la típica trama de impresión sirviéndose de su famosa técnica Benday con los colores elementales junto al negro sobre un fondo blanco de lienzo en un orden establecido; esto es: primero puntos, en segundo lugar las zonas de color y por último los contornos.
Sus representaciones nos invitan a imaginar lo que ha sucedido o está por acontecer en cada viñeta. Nos preguntamos cómo es la historia, imaginando un desenlace o la resolución del halo de misterio que envuelven.