
Sin título
Vitalidad, unión y lucha.
Keith Allen Haring, surgido de la cultura callejera más lumpen de la Nueva York de los años 1980 y después encumbrado como uno de los pintores más populares de finales de la década, una década que debe lo mejor de su estética a este artista que supo convertir en iconos sus simples formas similares a dibujos animados. Es la suya una obra muy particular que abarca desde el metro de Nueva York hasta el muro de Berlín.
Este tipo empezó a hacer grafitis a rotulador encima de los anuncios que había en el metro, lo que le valió algún que otro arresto por vandalismo y daño a la propiedad pública. Poco a poco fue construyendo un universo propio con estas figuras tan reconocibles que no tardaron en convertirse en iconos. El anonimato acabó por desaparecer, y Haring se convirtió en un artista a tener muy en cuenta también en los más prestigiosos museos y galerías del mundo.
Su estilo traspasó fronteras y élites culturales. Cualquier persona de cualquier país (casi) puede reconocer hoy en día una de sus figuras, aunque no sepa exactamente quién es el autor.
En esta obra, la enésima Sin título, Haring crea una composición simple y compleja a la vez, conjugando con cuatro colores la unión de varias figuras que representan vitalidad, unión y lucha.