Sol en una casa, Dieppe
Luz y esperanza.
El Astro Rey baña con su luz un edificio de Dieppe, ciudad normanda de Francia.
En Francia y aquí, el Sol sale todos los días (bueno… hay inviernos largos en ciertos lugares). A veces escondido, pero siempre regalando su luz, aunque sea poca. Lo curioso es que hay momentos en los que no lo vemos, que ni nos enteramos que está ahí. Si fuéramos siempre conscientes de su luz, de sus beneficios, de su resplandor, estaríamos siempre bañados en gratitud y en felicidad.
Y cuando el Sol no está, pues es de noche, o está agazapado entre las nubes, los montes o los edificios, siempre queda la esperanza de volverlo a ver.
El Sol es pues, luz y esperanza. Algo así como la pintura, como el Arte.
Hay personas que transforman el Sol en una simple mancha amarilla, pero hay también quien hace de una simple mancha amarilla el propio Sol. Eso lo dijo Picasso. Y se puede aplicar a este cuadro.
El escocés James Proudfoot visitó esta población francesa tres años antes de ser ocupada por los nazis. Todavía brillaba el Sol en Dieppe. Y aunque no lo vemos en este cuadro por ningún lado, el Sol está en todas partes: en las cálidas paredes de ese edificio, en ese hermoso cielo azul y hasta en las sombras.
Sólo hay que saber buscarlo.