Cristina Iglesias
España, 1956
Cristina Iglesias es al mismo tiempo escultora y arquitecta, pero empezó estudiando primero Química. Ella insiste en que esos estudios siguen formando parte de ella y de su creación. Eso, unido al hecho de que nació cerca de la costa, es más que visible en sus obras: todas muy inspiradas por el mar y la naturaleza; la costa, los acantilados, los ríos, la topografía del terreno… y el viaje que se realiza para llegar a ellos.
Cristina Iglesias insiste en que siente que parte de su desarrollo como artista viene de que sentía que toda su familia era interlocutor en sus obras, y no es para menos, ya que todos sus hermanos son creadores de uno u otro tipo: desde escritores hasta cineastas.
Esas referencias tienen cierto contraste con los materiales que utiliza: hormigón, acero, hierro y cristal, con los que Cristina Iglesias crea lugares, más que esculturas… o quizá esculturas que se visitan como lugares. Combina elementos flotantes, luces y sombras, texturas y relieves y crea un diálogo entre el visitante y el espacio. El elemento protagonista de sus obras es la experiencia que tiene el espectador al visitarlas. Cristina explica para La Vanguardia en 2022: Es la experiencia de cada persona, con toda la carga psicológica, la que define la obra.
La obra de Cristina Iglesias no se basa solo en la naturaleza: sus espacios están siempre rodeados de un halo de misterio e intriga, que nos lleva a pensar en bosques de cuento. Su trabajo está influido por sus estancia en Londres en los años 80, donde descubrió una escultura más abierta, y más adelante la escuela de Düsseldorf.
Cristina se ha abierto paso en exposiciones de todo el mundo y se ha consolidado como una de las artistas españolas más reconocidas a escala internacional. Tanto es así, que es la única no arquitecta en recibir el Premio de Arquitectura de la Royal Academy de Londres.