Eduardo Chillida
España, 1924–2002
Eduardo Chillida Juantegui nace el 10 de enero de 1924 en San Sebastián, Guipúzcoa. Es el tercer hijo del matrimonio formado por Pedro Chillida y la soprano Carmen Juantegui. Jugó como portero de fútbol en la Real Sociedad, donde sólo disputó catorce partidos ya que tuvo que abandonar por una lesión. A los diecinueve años inicia en Madrid los estudios de Arquitectura pero al poco los abandonó para dedicarse a la escultura y al dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
En 1948 se traslada a París y comienza una amistad con el pintor Pablo Palazuelo. Realizará sus primeras esculturas en yeso, impresionado por la escultura griega arcaica que vio en el Museo del Louvre. Son esculturas figurativas que empiezan a tener un sentido más monumental. Poco a poco va tendiendo hacia formas más abstractas.
En 1950 regresa a San Sebastián y se casa con Pilar Belzunce. Comienza a trabajar en una fragua en Hernani, donde el hierro produce un cambio fundamental en su trayectoria. Poco a poco va introduciendo sus obras en espacios abiertos. Pero no solo trabaja con el hierro, utiliza otros materiales como la madera, el hormigón, el acero, la piedra y el alabastro.
En la década de los ochenta se especializa en la instalación de piezas monumentales en espacios urbanos o en la naturaleza. Es su obra más característica, donde sus esculturas salen de su encierro en los museos y toman las calles, los espacios naturales, formando parte de ellos. Sus esculturas se encuentran frente al mar, en la montaña y en ciudades de todo el planeta.
A lo largo de su vida recibió infinidad de premios, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1987. Participó en centenares de exposiciones en todo el mundo. Su obra puede verse en los principales museos y colecciones de arte de Europa y Estados Unidos. Para muchos, Chillida ha sido el mejor escultor español de la segunda mitad del siglo XX.
Al final de su vida construyó el museo Chillida Leku, en el caserío de Zabalaga, Hernani. El museo está concebido como un gran espacio abierto donde el visitante lo recorre dejándose guiar por su intuición. En él se funden el arte y la naturaleza, donde sus monumentales esculturas de acero y granito dialogan en perfecta armonía con el jardín.
Chillida exploró a lo largo de su vida conceptos como el volumen y el vacío, la luz y la sombra, el límite y lo infinito. Quiso expresar a través de sus obras una concepción mística y trascendental de la existencia.