Pável Filónov
Rusia, 1883–1941
Pável Nikoláyevich Filónov (Павел Николаевич Филонов) fue un teórico, artista y poeta de vanguardia, y también un muerto de hambre (literalmente murió de hambre) que no tuvo el respaldo del gobierno soviético, y así le fue como le fue. Todo el mundo sabe que para comer, algunos artistas —especialmente los más «antisistema»— han de agacharse a veces para poner el culo o chupar lo que el que tenga el dinero y el poder le diga que chupe. Filónov no. Y aunque olvidado hoy en día, fue uno de los artistas más interesantes de la vanguardia rusa.
Nacido en Moscú, Pável Filónov estudia arte en San Petersburgo, aunque sería expulsado de la Academia Imperial de las Artes en 1910. La vanguardia había llegado a Rusia y Filónov se metió de lleno en la piscina. Metido en el cubismo (y el «anticubismo», del que teorizó) y el futurismo ruso, se codeó con Malevich y compañía, de tú a tú.
En 1916 se va a la Gran Guerra, y sobrevive. Vuelve a un país comunista, donde expone en la primera exposición libre del Hermitage. Lo nombran profesor de la Academia de las Artes. Todo iba bien, hasta que las desavenencias con el estado soviético lo condenaron.
Aunque Pável Filónov era comunista, el régimen no consideraba sus trabajos muy obreros, así que poco a poco su obra fue veténdose hasta desparecer de los museos, galerías y salas de exposición.
En 1929, el Museo Estatal Ruso estaba preparando una retrospectiva sobre su obra, pero las autoridades no dieron permiso.
A partir de los años 30, Filónov se va volviendo realista para comer algo y hace arte de obreros sonrientes y fábricas utópicas, pero esa propaganda lo mata por dentro. Podía haber vendido su arte a coleccionistas privados, pero nunca lo hizo ya que consideraba que su obra debía ser del pueblo
Finalmente murió en 1941 por inanición tras el asedio de Leningrado por parte de los putos nazis, aunque ya se le veían las costillas desde hacía una década.