Umberto Boccioni
Italia, 1882–1916
Pintor y escultor, Umberto Boccioni fue uno de los primeros artistas de vanguardia y el máximo exponente del futurismo italiano, movimiento que defendía que «el artista moderno debe liberarse de los modelos y las tradiciones figurativas del pasado, para centrarse únicamente en el mundo contemporáneo, dinámico y en continua evolución».
El dinamismo fue sin duda una de las características principales de su obra. Movimiento extremo que ayudaba a sus temáticas de rabiosa actualidad: el automóvil, la ciudad, la industria… Incluso la guerra era apreciada. Otro concepto que quiso resaltar fue el de simultaneidad, algo que compartiría con las novedosas teorías cubistas. Ver varias imágenes a la vez era un concepto tan moderno como futurista, y desde luego es algo que hoy en día damos por sentado, dada la saturación de imágenes e información que digerimos diariamente.
El antiacademicismo fue otra de las señas de identidad del movimiento futurista en general y de Boccioni en particular. Desarrollaron un virulento ataque a la academia y los museos, que eran considerados cementerios de arte, llegando incluso a situaciones violentas. Este radicalismo permitiría que el futurismo acabara por acercarse al recién llegado fascismo. Dos corrientes absolutamente novedosas, fascinantes, juveniles y enérgicas que quizás muchos miembros no adivinaron la repugnantes formas que adoptaría en el futuro.
La importancia de Boccioni, más que por méritos artísticos, radica en que ayudó a parir el primer «ismo», creó una estética de cero, permitiendo una profunda renovación de las técnicas y principios artísticos, cuyas repercusiones aún se sienten en la actualidad.
Boccioni no acabó sus días en un accidente de coche a toda velocidad, ni absorbido por una turbina. Murió al más puro estilo old fashion al caerse de un caballo.