Gutzon Borglum
Estados Unidos, 1867–1941
Gutzon Borglum fue el creador de nada menos que uno de los conjuntos escultóricos más conocidos de la historia, todo un icono, un símbolo, una imagen conocida internacionalmente y reconocida por todo el mundo. Borglum esculpió en una montaña de Dakota del Sur las caras de los presidentes de su país. Es el Monte Rushmore, el ejemplo perfecto de una obra de arte tan carismática que se come por completo a su autor.
John Gutzon de la Mothe Borglum, que era su verdadero nombre, era hijo de inmigrantes daneses. Procedente de Idaho (donde en los good old days se practicaba la poligamia) se marchó con sus padres a Omaha, Nebraska, donde se formaría como artista.
Cuando ya dominaba el cincel, se fue a Nueva York y obtuvo cierta fama, pero vinieron tiempos de modernidad radical en la ciudad. Duchamp y compañía ya andaban haciendo de las suyas, y Borglum se sentía un poco paleto entre tanta vanguardia. Decidió largarse a Stamford, Connecticut en 1914 y vivió allí durante 10 años.
Pero como buen paleto, era todo un patriota, y esos sentimientos los volcó en proyectos de escalas gigantescas y temáticas de un nacionalismo épico, rozando la mitología. Talló gigantescas cabezas de presidentes, estatuas ecuestres de héroes tanto yanquis como sureños y construyó abundante obra pública a lo largo y ancho del país.
Ambicioso, Borglum quería proyectos más y más grandes, más y más épicos y finalmente le llegó la obra por la que sería recordado: el Monte Rushmore. Borglum retrató a los presidentes más icónicos de su país usando dinamita para modelar montañas, supervisando exhaustivamente cada parte del proceso, y viajando por todo el mundo para conseguir financiación. Este titánico esfuerzo concluyó poco después de su muerte. Borglum no pudo ver su obra acabada, pero sí su hijo Lincoln Borglum que culminó la gigantesca escultura de su padre.
Una obra tan grande que eclipsó a su autor. Todo el mundo conoce el Monte Rushmore, pero a mucha menos gente le suena el nombre de Gutzon Borglum. Quizás un motivo era que este tío, según varias fuentes, era nada menos que miembro del Ku Klux Klan. Un buen amigo de gentuza de la calaña de DC Stephenson, enemigo de negros e inmigrantes como sus padres.
Con respecto a un artista, hay que separar la vida de la obra, supongo. Pero, coño… ¡del KKK, nada menos!