Monte Rushmore
Icono U.S.A.
En 1927 empezaron en Dakota del Sur las obras de un proyecto colosal. El escultor Gutzon Borglum (y 400 trabajadores) iniciaron el tallado de los bustos de cuatro presidentes de los USA: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
Unos bustos de 18 metros cada uno que querían representar —según el artista— el nacimiento, crecimiento, desarrollo y preservación de la nación, respectivamente.
Que se lo digan a la tribu de los Lakota Sioux, que esa era su tierra sagrada antes de llegar… Puro USA.
Gutzon Borglum era un artista de renombre al que le gustaban sobre todo dos cosas: los proyectos de escala gigantesca y las temáticas de un nacionalismo épico, rozando la mitología. Cuando le propusieron hacer algo en esa montaña en la que el sol se reflejaba todo el día, tuvo una Epifanía: en el Monte Rushmore (llamado así en honor al empresario minero Charles E. Rushmore, que consiguió bautizar con su nombre a toda una montaña) podría escenificar a Estados Unidos marchando a lo largo del horizonte.
A base de picar el granito, usar dinamita y pulir piedras se consiguió dar forma a los caretos de los fundadores de la república. Al final se sacaron de la ladera de la montaña unas 450.000 toneladas de roca.
Borglum murió de una embolia en marzo de 1941, por lo que por muy poco no pudo ver acabado el monumento, pero su hijo Lincoln Borglum ultimó el proyecto de su padre y el 31 de octubre de 1941 se inauguró este símbolo de todo un país, uno de los conjuntos escultóricos más famosos de la historia, todo un icono y una imagen conocida y reconocida internacionalmente.
Su creador, sin embargo, no es tan conocido. Se podría decir que el Monte Rushmore es el ejemplo perfecto de una obra de arte tan carismática que eclipsa por completo a su autor. Quizás un motivo era que Gutzon Borglum, según varias fuentes, era nada menos que miembro del Ku Klux Klan. En fin… Puro USA.