Jeremy Shaw
Canada, 1977
Jeremy Shaw es un artista canadiense afincado en Berlín que trabaja con conceptos como el audiovisual, la ciencia y el arte conceptual, mezclando cine, video, fotografía, escultura, música e interpretación. Shaw es un manipulador multisensorial, un alquimista que mezcla todo tipo de elementos formales, estéticos y conceptuales para regalarnos verdaderas experiencias.
Para llevar a cabo sus creaciones y sorprender a una sociedad tan escéptica y cínica, tan infantilizada e insensible como la nuestra, el artista no duda en hacer uso de drogas psicodélicas, crear obras para solo un espectador o integrarnos directamente en su universo.
Algo que tiene el arte de Shaw es que convierte al espectador en parte integral de la obra antes de que nos demos cuenta. En sus exposiciones sucede lo inesperado.
Al parecer lo que quiere Shaw es explorar estados mentales alterados, y para ver su obra el artista casi pide que «nos coloquemos», como si de un psicodélico se tratase. El conjunto de su varaiopinta obra es una mirada a la tecnología, la sociología y el consumismo de masas que intenta explicar la imposible cuestión de quienes somos y donde estamos.
Jeremy Shaw explora también nuestros complejos sistemas de creencias, cada vez más frágiles. La gente cada vez nos tragamos más bulos. En su obra se mezclan las pseudociencias, la ciencia ficción y la ciencia pura al mismo nivel, y es extraño, porque es así como parece funcionar el mundo hoy.
Una de las herramientas de Shaw es la cámara Kirlian, una técnica utilizada para capturar descargas eléctricas. Un ejemplo: mientras Shaw escucha música, pone su dedo pulgar en una placa fotográfica, creando un registro de la energía eléctrica del momento. Un baile eléctrico, por así decirlo. Las fotografías resultantes son una especie de mapa de las experiencias temporales específicas del cuerpo de Shaw.
En definitiva, Shaw crea registros ópticos de experiencias trascendentales.